Esta mañana pensé en abandonarme en la bañera que ha observado lascivamente mi cuerpo desnudo desde la tierna niñez.
Hundir la cabeza entre las aguas crepusculares y renacer desde la impureza para saber que en este sucio mundo no hay lugar para remordimientos, ni para psicologías inversas, ni para cuerpos abrazados.
Pues espero sinceramente que jamás hayas pensado en ello... Abandonar el mundo de los vivos sería de tan valiente y cobarde a la vez...
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