él era yo, y yo era él.
Comunión en una imagen fija,
la línea y el cuerpo.
Y acallada voz
la tuya.
Criatura.
Y a sabiendas del riego sanguíneo;
que regará tus espacios,
que regará tu nombre,
que es mi nombre.
Teme la sangre,
que es tu sangre.
Violento sagrado,
mayúscula y cursiva
en mi lirismo, criatura;
yace lenta y desoladamente,
lívido y callado.
Y cuando desvaída,
la imagen fija de línea y cuerpo,
temeremos la sangre, que es nuestra sangre,
que es mi nombre (tu nombre)
y derramaremos los espacios.
A sabiendas de tu nombre, criatura.
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