de un revólver en la sien,
poetiza unos rayos lumínicos,
reflectados y místicos
en el trote afilado de un chacal,
quizás de un búfalo cansado,
eclosionando evidente
en el polvo terroso y límbico,
de un desierto ambiguo,
puede que salpicado
de un matiz violento,
rodeado de incoloro antiséptico.
Pero es lírico y hermoso
el extraño impulso insidioso
de alentar al gatillo
al desahucio de una puerca existencia,
triste y probablemente errada,
cuya habitante alma joven
y ansiosa revienta
probable que en un rostro aún más ingenuo.
probable que en un rostro aún más ingenuo.
Esuúcha, hija, catástrofe y ruina
no llores,
primero actúa hermosa la medianoche,
y la tormenta podría llegar más tarde;
así que no llores corazón,
que el cuerpo muere antes;
y al alma, más si es errada y joven,
se le permite evocar,
gentil y pura,
el más triste de los últimos suspiros.
De los poemas que he leído últimamente, en definitiva me quedo con éste, es estupendo! Saludos.
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