jueves, 3 de mayo de 2012

Esta mañana pensé en abandonarme en la bañera que ha observado lascivamente mi cuerpo desnudo desde la tierna niñez.
Hundir la cabeza entre las aguas crepusculares y renacer desde la impureza para saber que en este sucio mundo no hay lugar para remordimientos, ni para psicologías inversas, ni para cuerpos abrazados.