martes, 29 de marzo de 2016

¿0000?

No sé si aún recordarás las noches tibias de aquellos veranos ya pasados y erosionados por la lija devastadora de los años. Sentados tranquilos en el bordillo polvoriento de cierto chalet, donde perdimos tiempo y ocasos mirando vallas y coches de la autovía. Ese edificio vagabundo, tendente a la neumonía arquitectónica, que nos ofrecía su cobijo y sus bichos, el silencio y los momentos de nuestras conmemorativas uniones.  Supurante de olores polarizados. Madrigueras, hiedra, algún gato robusto con colas entre los dientes, y de vez en cuando algún vientecillo cargado de heno, que era como un regalo para nosotros.
Fueron suaves y tiernos tiempos aquellos en los que rozabas tu mano en mi rodilla. En los que podíamos compartir las mejillas sonrosadas de la sangre joven. 
Luego vinieron los bombardeos del dolor. Y lo que eran noches sedosas de codos impolutos, se convirtieron en derrames de suciedad, pobredumbre en los ojos, suciedad verbalizada. ¿Recuerdas cuando sólo podía descansar sobre las piedras puntiagudas del palomar? ¿O sobre los yerbajos de los alrededores? A la poca cuidadosa intemperie de lluvias y jabalíes. Sí, debes recordar cuando desaparecí, y no pude escribirte ni una sola línea. Porque de veras, no pude. 
Saltar al vacío implica perder todo lo que antaño fue el alimento de la dicha. Y no cargué con ningún tipo de culpa cuando supe de tu decepción, pocos meses después. 
Ahora todo queda más allá de nuestros deseos, de los tuyos, cuando decías que querías llevarme a ver los monasterios románicos del norte. Que nos casaríamos allí. 
De los míos, de darte un vientre cálido, de darte mi agua y mi pan. 
Todo quedó atrás. Recuérdalo.
Ahora, que he vuelto al viejo edificio de nuestra juventud, sin ti, sin nadie; me pregunto qué habría sido de mi si me hubiera quedado. O puede que tú te preguntaras en qué me he llegado a convertir a través de todos estos años. Qué había ahí fuera más sacro que el tenerlo todo bajo mis pies. 
Hoy, quizá sólo ahora, sería capaz de responderte a esa pregunta, que ya no te harás, que murió como el astro que ahora miro pero que sé que no está:

En mis viajes, pude cambiar de cara y cuerpo,
pude seducir a un ciervo,
pude reducirme al valor de un centavo.
Pude tratar de morir
y ser partícipe de una guerra más allá de las trincheras.
Fui esclava, ninfa y camarera,
puta de muchos, diosa de menos.
Pude sollozar sin compañía, 
y beber ginebra con el rey.
Pude tener tierra fértil entre los dedos,
y mierda entre los muslos.
Fui soñada y maltratada, 
fui alguien que pasaba
sin más.
Pude saber de criaturas 
de las que nadie sabe.
Fui encarcelada, gitana, alfarera, pitonisa
de viejas madres solteras.
Fui Esmeralda, Cecilia, Safo, Judith,
Hermine y Marcelle.
Fui aquello
que por entonces no era,
y pude ver lo que nuestros ancestros
ahora verían.

Dime amor, ¿qué ves tú?




viernes, 12 de febrero de 2016

Oren

Bendit seas

Gracias por hacerme mujer.
Gracias por hacerme sagrada.

.

Por hacerme sagrada.
 Por hacerme mujer.



sábado, 19 de diciembre de 2015

La jácara

A zancadas de mi casa, y con gran pesar en la cabeza, c-analizando sobre "esos" temas; me invadiste en la barra preguntando no se qué de un muerto de hambre. Sólo escuché "muerto-de-hambre", entre luces apagadas y rojas, y cervezas rancias y cosas que no comprendo.
A mí también me sonó el estómago cuando encontré sobre tu cara, bajo tu pelo, los ojos radiantes de negro. El horizonte nocturno y despierto bajo la luna indígena de tus pupilas.
Pero la verdad, ni me dí cuenta. Ya dije, las cervezas rancias sofocan las ganas de humanidad que tantas veces nos enseñaron en el cole. Eso, y otras cosas que no comprendo.
Después parece que fuimos a tu casa, que apareció en mi mente como un santuario de vidas inaccesibles a mi humilde condición. No. Realmente tú vivías en un piso, normal, como el de la gente de la calle.
Fue entonces tu maldita cara, tu máscara fatal, lo que advertí como sagrado. Desde el principio. Antes de que me rugiera el estómago. Antes de que me diera cuenta de algo. Casi nunca me entero de lo que ocurre, pero aquello, fue antes de todo.
Tu boca, perfilada como la de las mujeres romanas, recogía la mueca más sugerente y encantadora que pudiera imaginarse. Surcada por las líneas sonrientes de la mujer que sufre, vive y ve, y que no hacen sino aportar más hermosura a la naturaleza salvaje de tu porte.
Y aunque apenas si pude fijarme en la forma de tu cuerpo, pequeño y menudo, con dejes ágiles y otros no tanto, supe de la gracia de tus huesitos, de tus músculos, del cuello noble, de tus rodillas. Pero claro, bajo tanta ropa es un poco difícil. Bajo tanta ropa de tío, es un poco más difícil.
Sólo escúchame, sólo mírame, solo quiero que te saques los ojos y me los des. Sólo quiero que olvides tu yugo, la que te suprime de mi escrutinio. Sólo quiero que la olvides,
sólo quiero que la quemes,
que la mates
dentro
de ti,
para yo,
así como estoy
emputecida y radiante,
exija aquello que es mío.
Ocupar
te.





domingo, 13 de septiembre de 2015

No: "chaos reigns"

Una sabe algo del rechazo: es una cuestión personal.
Me pasa algo parecido que antes:
rechazo del rechazo del rechazo.
Él no se fija, ni desea nada de mí.
En parte lo entiendo,
en parte me entristece,
en parte lo mataría.
Ella no es mejor que yo, pero brilla más. Todos lo sabemos.
En parte me gustaría ser como ella,
en parte jamás me gustaría serlo,
en parte la mataría.
Me fío demasiado de las novelas,
pero ellos no son perversos.
No puedo culparles, cada uno convive con su ensueño.
- ¿Qué me queda?
- Esa cuestión se hizo para ser víctima.
Me pregunto si alguna vez llegué a dar como para, de verdad, esperar algo.
Esto y aquello no deja de ser una excusa, o un desahogue.
- Qué triste.
No,
no me lo permito.
No,
no me permito.
Al final
se reduce a
miserable tormento de pequeña burguesa.


Ese no es mi tormento:
No pueden conmigo,
ni ellos,
ni nadie.
Soy criatura,
con con el poder furioso del cielo en llamas.
Espíritu natural
de la ira muda.
El fuego y el agua hechos una.
Y no soy bella ,ni encantadora,
ni cariñosa de pelo eslavo que él acaricia.
Soy el desorden que circula profundo.
Fiera escondida.

En una ocasión escuché a un zorro,
moribundo y cauto,
decir a los espectadores:

"Reina el caos"

lunes, 25 de mayo de 2015

Sas horas

Que tenga sas ganas de vivir,
como solías cer
en secreto,
nos un pecado, scierto.
Caramba!
Cómo saltas angras ueltas
la nuez atada,
piernas ujetas,
¡ya era hora! decías,
con las horas muertas
ales,
"tienes las muelas prietas
acadas, guardadas"
¡yara hora! 
Que tenga sas ganas de vivir
vueltas. 




jueves, 16 de abril de 2015

Alétheia

De querer serlo
¿quién lo sería?
¿quién querría serlo?
Yo no quiero ser tu niña,
ni tu rabia,
no querría ser la rubia
por definición
esclavizada,
ni los juncos mayores que rozan tus mejillas.
No quiero ser el fuego
que te quema las partes
bajas.
¡Qué hablas!
Jamás querría ser el polvo
de las sutiles mañanas,
ni siquiera los dedos sabios
que rozan los estadios
de ser algo o no ser nada.
Antes me mato,
antes de ser el terrible
significado.
¿Quién conoce a quién?
Tú lo sabes,
antes me mato.
No quiero ser tuya,
ni de nadie.
No soy tuya,
ni de nadie.
Aprende.
No eres mío,
por suerte.

De querer ser algo,
sólo el paradigma violento
de las cosas
lo sabría.
Deja de quererme,
tú lo sabes,
la honestidad tiene un precio
de burla perenne;
¡déjame!
¡arrodíllate ante otra!
Yo no querría ser
como esas mujeres sentimentales
que tuercen su voluntad
ante el quejido febril
de los amantes en celo.

Ahora, después de la poética, lo diré claro:
Haré lo posible por destruir todo aquello que quieras de mí.






sábado, 4 de abril de 2015

http://www.adopcionesaucma.com/carta-del-trabajador-de-una-perrera/

Creo que nuestra sociedad necesita una llamada de atención.


Como responsable de una perrera, voy a compartir algo con vosotros… una mirada desde “dentro” si me lo permitís.
Lo primero de todo, todos los que sois vendedores/criadores de animales, deberíais al menos trabajar UN DIA en una perrera.

Tal vez si veis la mirada triste, perdida…los ojos confusos, os harían cambiar de opinión sobre criar y luego vender sin prácticamente ningún control.
Ese cachorro que acabas de vender terminará posiblemente en mi perrera cuando llegue a edad adulta, entonces… ¿cómo te sentirías si supieses que hay una probabilidad del 90% de que ese perro nunca salga de la perrera si es que llega a parar allí? Sea de raza o no.
EL 50% de los perros que entran en mi centro, abandonados o callejeros, son de raza pura.

Las excusas más comunes que escucho son:

  • -“Nos mudamos y no podemos llevarnos a nuestro perro/gato”. ¿En serio? ¿A dónde te mudas que no te permiten tener mascotas y por qué has elegido ese lugar en vez de otro donde sí puedas tenerlo?
  • -“El perro se hizo más grande de lo que creíamos”. ¡¿Y cuanto te pensabas que crecía un pastor alemán?!
  • -“No tengo tiempo para ella” – ¿De veras? Yo trabajo 10 o 12 horas al día y aun así tengo tiempo para mis 6 perros.
  • -“Está destrozándonos el patio” -¿Y porque no lo teneis dentro con vosotros?

Siempre me dicen:


“No queremos insistirte en que le busques un hogar, porque sabemos que lo adoptarán, es un buen perro”
Lo triste es que tu mascota NO será adoptada y…. ¿sabes lo estresante que es una perrera? Bueno, pues déjame que te cuente:
Tu mascota tiene 72 horas para encontrar 1 nueva familia desde el momento en que la dejes. A veces un poco más si la perrera no está llena y consigue apañárselas para mantenerse completamente sano.
Si se resfría, se muere.
Tu mascota estará confinada en una pequeña jaula, rodeada de ladridos y llantos de otros 25 animales.
Tendrá que apañárselas solo para comer y dormir.
Estará deprimido y llorará constantemente por la familia que lo ha abandonado.
Si tiene suerte, y cuento con suficientes voluntarios, quizá podrán sacarlo de paseo ocasionalmente.
Si no, tu mascota no recibirá ninguna atención, aparte de un plato de comida deslizado bajo la puerta de la jaula y manguerazos de agua.
Si tu perro es grande, negro o cualquier raza “bull” (pit bull, mastín…) lo has conducido a la muerte desde el momento en que cruzó la puerta. Esos perros no suelen ser adoptados.
No importa lo “dulce” que sea o lo “amaestrado” que esté. Si tu perro no es adoptado en las 72 horas desde su entrada, y el refugio está lleno, será sacrificado.
Si el albergue no está lleno y tu perro es suficientemente bueno y de una raza atractiva, es posible que se pueda retrasar su ejecución, aunque no por mucho tiempo.

La mayoría de los perros se ponen en jaulas de protección y se les sacrifica si muestran agresividad.
Incluso el perro más tranquilo, es capaz de cambiar en este entorno
Si tu mascota se contagia de la tos de las perreras (traqueobronquitis infecciosa canina) o cualquier otra infección respiratoria, será sacrificado de inmediato, simplemente porque en las perreras no tenemos recursos para pagar tratamientos de incluso 150 euros.
Y he aquí algo sobre la eutanasia para aquellos que nunca habéis sido testigos de cómo un animal, perfectamente sano, será sacrificado:
En primer lugar, lo sacarán de la jaula con una correa.
Los perros siempre piensan que van a dar un paseo, salen felices, moviendo la cola…. Hasta que llegan a “la habitación”, allí todos frenan en seco.
Deben oler o captar la muerte o sentir las almas tristes que se quedaron allí.
Es extraño, pero sucede con todos y cada uno de ellos.
Tu perro o gato se verá sujeto por 1 o 2 técnicos veterinarios, dependiendo del tamaño y de lo nervioso que este.
A continuación, un especialista en administrar la eutanasia o un veterinario, iniciará el proceso: encontrarán una vena en su pata delantera y se le inyecta una dosis de “sustancia rosa”. Esperemos que tu mascota no se asuste al sentirse presa. He visto algunos arrancarse las agujas y acabar cubiertos de su propia sangre, ensordecidos por los aullidos y gritos. Todos no “duermen” inmediatamente. A veces sufren espasmos durante un rato, se ahogan y se defecan encima.
Cuando ha terminado, el cadáver de tu mascota será apilado como un leño, en un gran congelador trasero, con todos los otros animales, a la espera de ser recogidos como basura. ¿Qué sucede después? ¿Será incinerado? ¿Lo llevan al vertedero? ¿Lo convertirán en comida para mascotas? Nunca lo sabrás y probablemente nunca te lo plantearás. Solo era un animal y siempre puedes comprar otro, ¿no?
Espero que si habéis leído hasta aquí, se os hayan empañado los ojos y no podais sacaros de la cabeza las imágenes que ocupan mi mente todos los días cuando vuelvo a casa desde el trabajo.
Odio mi trabajo, odio que exista y odio saber que siempre existirá a menos que vosotros, la gente, cambiéis y os deis cuenta de las vidas que perjudicas son muchas más, aparte de la que dejas en la perrera.
Entre 9 y 11 millones de animales mueren a diario en las perreras y solo tú puedes parar esto. Yo hago todo lo posible por salvar todas las vidas que puedo, pero los refugios (protectoras) siempre están llenos y cada día hay mas animales que entran que los que salen. 

Solo quiero puntualizar esto: NO CRIES O COMPRES MIENTRAS HAYA PERROS MURIENDO EN LAS PERRERAS.
Ódiame si quieres. La verdad duele y la realidad es lo que es.
Solo espero que con esto alguna persona haya cambiado de idea acerca de la cría, de abandonar su mascota en una perrera, o de comprar un perro.
Ojalá alguien entre alguien en mi trabajo y me diga “he leído esto y quiero adoptar”.
Eso haría que mereciese la pena.
En muchos comentarios que leo en eventos sobre perros abandonados, observo el desconocimiento de la gente que aun se piensa que las perreras son sitios donde los perros viven, están felices y que salen adoptados con facilidad tras una breve y comada extancia en la perrera.
Señores, en las perreras españolas (y en todas) los animales MUEREN, SON SACRIFICADOS o ENFERMAN y AGONIZAN alli solos.
Para paliar esto, existen las protectoras, que no “caen del cielo” (aunque están llenas de ángeles) y que intentan hacer lo posible para buscar casa a estos animales. Se llevan y acogen a los que pueden para que tengan oportunidades, los sacan e intentan hacer tiempo para que no los sacrifiquen.
A cambio que reciben, ¿subvenciones? ¿locales e instalaciones? NADA. (Sobre)viven del dinero que ellos mismos aportan, de lo que los escasos socios quieran donar y poco más.
Y no hay facilidades. cuando la gente sabe que colaboras en 1 asociación o que ayudas animales , en vez de colaborar, lo único que hacen es entregarte más y más animales: “mi perra acaba de parir”… “me he encontrado estos cachorritos en una caja”— “en mi portal hay 1 perro abandonado merodeando”….
Somos el mejor descanso para la conciencia del que no se quiere mojar. Ya nadie deja al coche en la gasolinera y acelera para irse de vacaciones a la playa. Lo que hacen es dejarlo en la protectora. Desde tirarlo por encima de una alambrada, hasta dejarlo en una residencia y no recogerlo.Porque saben que dan con buenas personas que no pueden dar la espalda y abandonar el animal que ellos han abandonado.
Me permito añadir, que en algunas perreras españolas, ni siquiera la eutanasia es una inyección y se acabó. Algunos “veterinarios” que trabajan en perreras, encuentran otros medios de sacrificio mas dolorosos y desagradables, pero que (como no!) son mas económicos y rentables. Y por el precio de una inyección, se incineran o gasean vivos
Ese es el país en que vivimos, aunque tampoco podemos esperar mucho más de un lugar donde la fiesta nacional es torturar hasta la muerte un animal, mientras cientos de sádicos que han pagado su entrada gritan y disfrutan del espectáculo.
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