domingo, 7 de diciembre de 2014

Se sienta en el escueto banquillo de la cocina. Puede ser que tuviera alguna espinilla en la frente.
 - Uhm...
 - ¿Qué?
 - He ahogado un gato.
 - ¿Eh?
 - Sí, de la camada de la romana tetuda.
 - ¿De Harry?
 - Sí, vaya gata fea.
 - Te has pasado.
 - Uno menos. Era horrendo. Chillaba como una rata.
 - Irónico.
 - ¿No me vas a decir nada?
 - Nada.
 - Joder, encima que lo he hecho por ti; y no me dices nada.
 - Nada.
Se recoge el pelo en un moño. La espinilla es aún más visible.
 - ¿Crees que Harry se dará cuenta?
 - Puede.
Hay un vaso de agua. Lo coge.
 - Mira.
Lo derrama sobre el moño.
 - Así se ha quedado.
 - ¿Nos vamos a dormir?
 - Vale.
Durmieron más o menos bien, cada cual con sus sueños. Cada cual con sus propios sueños.
A la mañana siguiente, la de la espinilla no estaba.  En la almohada, había un agujero negro y húmedo.
"El moño" recordó.
"¿Habrá caído dentro?"

Igual daba.

jueves, 27 de noviembre de 2014

De la depresión

Algo serio. Verdaderamente serio. No te haces una loca idea de ello, ja, ja ,ja jí ja. No te rías, no. Bromas de arte y lente mógica, der jó. Tendrías que ver en las noches cálidas, a los ciervos pinchando mi espalda, un vasto cielo extraterrestre a propósito de Postrimerías. E mamita, haciéndote sopita.¡Pero no le supliques a la tarde! Piérdome en las dudas ajenas, in les corpes ajenos rinrineo les resortes de me propi corp, e suplo. More or less. Comme ci, comme ça. ¿QUÉ TEMES EN CASA? ¿E recuerdas? Saliste por la noche, aquelli noite solemtaria en eune abril novembrosso de hiedra e malva. Y luego, los salmos de clausura. ¡Noche, noche extraterrena! Fortísimo mar de lucha roja, cae en un posso febril e anhelante.
Peor ser podrían, les noites profuntas.

viernes, 3 de octubre de 2014

Reímos, saltamos

Saltan, saltan, saltan los nidos de aves.
Se mueven, se mueven los juncos
y se introducen
y se quiebran
entre mis pobres piernas.
Pareció como si el sol se odiara
a sí mismo,
la luz fue terrible sospecha
de un amarillo mortecino.
Teníamos magulladuras de reflejarnos
en el agua y
empezó a llover.
Y el suelo se volvió agua
y nosotros nos volvimos agua.
El mundo transformó
una izquierda y derecha,
sólo arriba y abajo;
irisados empujamos el espacio
que nos faltaba.
Para ese entonces,
no había sol, ni luna
o quizá lo estaban en cada ojo.
Juré que jamás vería nada tan hermoso
como no ver lo que debía.
Ignoro qué juraste tú.
Tú y tu extraña vida.










miércoles, 24 de septiembre de 2014

Gran Astro

Cada hebra es el silencio de la fruta podrida.
Me levanto cansada. Tú también te levantas cansada. Las dos tenemos las pestañas enredadas. Nos preguntamos dónde estamos. No es raro, siempre andamos en diagonal, y entre bruma espesa. Abro un momento el espacio de tu cuello, y bebo de él, tú haces lo mismo. Hay que hidratarse bien en los largos viajes. La arena gris del suelo nos confunde, pensaba que estaríamos más cerca. Más cerca. El cielo no ha dejado de ser un pozo hostil; brilla sin embargo el Gran Astro. No debemos mirarlo mucho, debemos temerlo mucho. Pero seamos fuertes, nos dará una segunda oportunidad. Debemos temerlo mucho. Ata tu trenza a la mía y sigamos el camino.





martes, 9 de septiembre de 2014

EL TEDIO

Que tedio. 
Tanto cipote suelto, que tedio.
Escuchar, escuchar,
saber, saber, escuchar, saber,
saber de las gilipolleces que pululan,
de este a oeste,
de raíz a red, tedio.
Que tedio,eh.
Que tedio.
Que puto tedio.







sábado, 30 de agosto de 2014

Avanzaba a mí entre la blancura del espacio, con el cabello sostenido y rizado; y la mirada triste. Y lloré. Y mis padres también lloraron. 
Nunca llegaré a entender cómo fue aquello. Preciado el lánguido susurro del motor del coche mientras los ojos vagueaban por capas extrañas del sillón delantero, realmente no estoy segura de haber estado consciente entonces.
La claridad me cegó como cegaría a un recién nacido.

Pero no voy a hablar de ello. No es necesario.

El señor vestía el amarillo con elegancia nata, como el narciso, orgulloso y fresco. Pretendía salir del tren, solemne de entre la multitud adormilada a las seis y veintiséis de la tarde, que bañaba todos y cada uno de los rostros con una luz anaranjada y violeta, surgiendo así una imagen digna al ojo crítico y sensible. Todos, y más aún el señor de amarillo, hubieran sugerido la mirada más antigua y triste de haber una cámara filmando un gran plano de aquellas sombras suaves en las comisuras de la boca, o el brillo juvenil de un pómulo alzado. Todo aquello era hermoso. El señor lo sabía. Antes de abrirse paso entre las puertas, percibió, religiosamente, a una muchacha de rasgos helénicos, con la mitad de la cara inmersa en el ocultismo de cabello y penumbra. Sostenía un libro. Las pestañas descansaban en él honestamente, y los labios, sujetos en una mueca concreta, dotaban a su totalidad un aspecto de época pasada. El señor amarillo redujo todo su ser a un punto. Inspiró intenso, ella lo escuchó, él sostuvo el aire, y ella...ella con la misma delicadeza que la llama de una vela ilumina el negro, dirigió sus ojos y su boca tímidos y amables a aquello de lo que nunca se habla.
De inmediato los retiró.
Elegante el señor de amarillo, no pudo, no pudo moverse y las luces ya habían caído y con ellas, el ensueño más grave de su vida. Palpitante, se despidió de mí, con el ademán de aquel que huele un ramillete de plantas salvajes. Salió elegante el hombre de amarillo, salió como el aire que pasa entre montañas. Le pasó algo hermoso y extraño; le pasó que vio algo invisible y lúcidamente tendría evidencia de ello. Yo, fui testigo.











sábado, 9 de agosto de 2014

La puta varada

Me has dejado.
¡Me has dejado!
Sola te lo permito
pero, ¿hueca?
Tac, tac.
¿Cómo?
¡Cómo!
De tener el preciado iris violeta
y la vista catarsis,
el observar
de río
las pestañas húmedas
y el estómago
ardiente;
¡maldigo!
las que antes
fueron muñecas ágiles.
Retozo
sobre los lirios
convulsionando el voluntarioso
miedo,
lo que antes fue
hermoso
ahora
se esconde en la tierra.
¿Cómo?
¡Cómo pudiste!
Reclamo mi parte del trato,
y no olvido
la maldita quemazón
que vuelve a la noche
de tu pelaje.


La estepa
también se retuerce,
supura bruma
de naturaleza fluorescente,
como azufre
en la llaga.
Por dios,
¡vuelve!
y recuerda
que sólo estoy
aquí
por ello.






jueves, 24 de julio de 2014

Ojalá fuera un búfalo el que me embistiera el sentimiento. Pero no, el consuelo tiene más de arácnido.
Parte de los flashes indican lo que todos sabemos: podríamos pero no podemos, querríamos querer, pero no queremos; más soporte al ideal que flota ridículo en el cielo, que abono a las pobrecitas raíces, que son honestas y nobles.
El desconsuelo que me provoco jamás podrá superarlo el recuerdo: uno que besó, otro que respiró u otro que poseyó las manos incandescentes del ser prioritario.
Nunca, jamás será esto una confesión fruto del desengaño. Es una promesa, servida en bandeja de plata, junto a las cabezas de mis enemigos y mis más queridos amigos. Yo seré la última y causa.
Pido perdón a mis amantes, a mis sueños, a aquello que es hermoso y a los atardeceres que destilan un azul que será el fin de todo.
Todos los caminos son extraños, pero quizá el más estúpido y probablemente el más triste, sea el contrario.


lunes, 30 de junio de 2014

Los tallos se doblan con el viento del norte

       

          Espera. Sólo tienes que comer algo.

No es bueno tomar eso en ayunas.              Sí, da dolor de estómago.

¿Por qué no piensas?                             No lo tengo muy claro.

Caray, no tienes buena cara.                  Los zapatos no me entran.

El corazón es pequeño para tu corpulencia.       ¡Es que no me entran!

                   
                      
Dios nunca debió morir.


    Las flores están cada vez más silenciosas.                                      

                    
Dios nunca debió morir.

                                           ¿Por qué miro así?

Estás algo fría.                      ¡Pero si el cuerpo me arde!

Sólo sirves para roer hilo.                   ¿Cómo lo hacen las polillas?

         No, tonta, es al revés.

                                      
El frío no viene del norte.


Abrázame.                         ¿ Eso me pides?

Para una vez que lo hago...                  No me va a gustar tocarte.


                                      
Tengo las manos tristes.

                                
                                                      Desde el balcón no puedo querer las luces de la mañana.


                                   
No florecen los tallos,
                                 
  no se mueren,
                                   
hay un ruido extraño
                                   
tras la ventana:
                                   
como Saturno
                                   
 pasando a través

del frío.
                                   
Suerte
                                   
 que hace frío.
                                                       
                                                               
                                                           




viernes, 23 de mayo de 2014

Egomatta

Noté cierto rubor
al saber de la muerte
de las otras cuatro hermanas
la inconstante del momento
y del gesto
los padres sin espuelas
ni herraduras
del egoísmo hecho almizcle
polvillo dorado
cayendo por mi mano
la baba poco elegante
del despertar rompiendo
otra vez
la inconstante del momento
ay
el otro se me hace
tan extraño como lo que haré
dentro de
ahora
las cadencias tienen
un igual poco prudente
llámalo escolopendra
y una
y otra
se retuerce la pobre
en el vaso tapado
por mi mano cruel
pero las noches siguen
sin parecerme cálidas
a pesar del sur
a pesar del tiempo
debería calentar mi sangre
a fuego lento
que dicen que es menos
bruto
pero no lo creo


les dije que sí
y resultó que no
trataré el beso
con la causticidad de las piedras frías


bueno
todo quedará
hecho.




domingo, 16 de marzo de 2014

Spleen II

Recordaré el fénix de fuego
que adorna imperial
este atardecer del día
que resulta
 ser 
un incipiente funeral,
pues 
lo siguiente que haga
será 
dar a mi vida
el honesto valor
de las cenizas.

Recordaré entonces,
la Luna devota y nupcial
pasear el cielo
con el deje febril
de las muchachas 
que danzan 
leves 
y apenadas;
y querré recordar entonces,
que bailé con ella
antaño
dando vueltas sobre mí,
con el rostro y las venas
ofrecidas
a su extraña luz 
de latina vestal.

Me preguntaré
dolorosa,
dónde quedaron
los  mandalas
sobre la noche y la arena,
y le preguntaré
por las huellas
que los pies dejan
en la propia piel.

¿Por qué aún quemas?







.



sábado, 1 de marzo de 2014

Siéntate
y saluda al cielo,
con el respeto
profundo
con el que se
mata
a una madre.

El ábside tiembla
con las voces
que circulan,

tiembla
la cuna del hombre
inversa
al orden de los cuerpos
con la vesania
de los titanes
en plena cópula.

Arrodíllate,
ante tu madre que te acuna
y ámala,
quiérela
y hazle que tema,
los vestigios
que degradan
su consagración
con la fuerza
envilecida de devoción
de tus rodillas.

Salúdala, hijo y respétala.
Mátala,
entiérrala
y sé bautismo.

Y nace.




miércoles, 19 de febrero de 2014

sábado, 8 de febrero de 2014

No hablaré
desde
el poder
de la creación

No veré
lo que el verdugo
ve
ni veré
lo que crea ver

No tocaré ni oleré
la piel
o la sangre
como él
ya lo hizo

Ni escucharé



El límite sisea
en la bestia que sufre
en aquello tangible
en la
muerte soberbia que parla
la
horca que observa
la
raja (no escrupulosa)
que abre piel
e
hiede a sangre

en el demostrable
berrido animal
que escucha
y se hace escuchar
oda solemne
visceral
como lo que es

algo
jodido

real




miércoles, 15 de enero de 2014

Spleen I

El desfile peso de mi cuerpo
aumenta a cada arrastre
de un pie
hundido
y otro
añade piedras
al lastre
Que me pesa el centro existencial
y cada albor
amarre
es herida de una noche
que no aclara
Pesa el iris
plomo
las mejillas nubladas
asfixiadas del todo
Pesan hastiadas
ulceradas
                  las embravecidas            
ganas de nada





martes, 7 de enero de 2014

Ine x te

Pregúntame,
 paisaje
y me preguntaré lo mismo.
Respóndeme,
camino
y volveré a preguntar.

Ahora que
aprendo
a desaprenderte,
me desarmo
(colérica)
y olvido.

¿Sabías?

Yo tenía algún color
tapizado
que ahora
no
recuerdo.