miércoles, 24 de septiembre de 2014

Gran Astro

Cada hebra es el silencio de la fruta podrida.
Me levanto cansada. Tú también te levantas cansada. Las dos tenemos las pestañas enredadas. Nos preguntamos dónde estamos. No es raro, siempre andamos en diagonal, y entre bruma espesa. Abro un momento el espacio de tu cuello, y bebo de él, tú haces lo mismo. Hay que hidratarse bien en los largos viajes. La arena gris del suelo nos confunde, pensaba que estaríamos más cerca. Más cerca. El cielo no ha dejado de ser un pozo hostil; brilla sin embargo el Gran Astro. No debemos mirarlo mucho, debemos temerlo mucho. Pero seamos fuertes, nos dará una segunda oportunidad. Debemos temerlo mucho. Ata tu trenza a la mía y sigamos el camino.





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