martes, 9 de julio de 2013

Viajera

Sólo recuerdo existencia en la noche,
salvando los ojos ajenos. Transitados y torpes.
Cada inspiración, un salto al vacío,
tirante de un hilo conductor inalcanzable al suelo.
Serena inmóvil, inducida al lenguaje, que lentamente,
lícitamente
suavemente
redime el fin del resto.

Sólo sé que parpadearon aquellas luces.
Sólo recuerdo existencia entre unas paredes que viajaban en movimiento, y aquella vez que miraste y miraba el techo derramar flujos atroces.

Y mientras parpadeaban, la densidad del negro profundo
caía
suavemente
lícitamente.

Existían las luces.

Y serena inmóvil, me supe decir
sola y densa.




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