miércoles, 2 de octubre de 2013

La hondonada creciente

Inicua
la mascarada
del espíritu vulnerable

detestable en los ojos enrojecidos

Inicua
la venganza
del cuerpo en el púlpito

con la piel a punto contradicho

Vacua
la comedia
en la comisura
de tus labios

Vacua
tu mano miserable
hondonando
bajo mi falda

Pretenciosa la sal

Silenciado el chillido

salvo por lo literal
de su sonido

Y peligroso
el mundo decreciente

a nuestros pies


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